jueves, 24 de noviembre de 2011

Totti: el que todo lo ve

En Roma, es vox pópuli el fanatismo y la idolatría que un hincha romano siente por Francesco Totti. Cuánto ama un tifosi a Il Capitano por todos los años que le dedicó al club. Pero lo cierto es que el 10, debido a esta estadía y revuelo que levanta en la Loba, comenzó hace muchos años a influir en las decisiones políticas y futbolísticas de la Roma.


A medida que pasó el tiempo, la figura de Totti iba creciendo a la par del equipo. Hasta que Francesco, debido a su buen rendimiento, sobresalió del montón y logró ganarse la idolatría del público. Esa pasión generada por el enganche, se convirtió en adoración, para luego pasar a ser veneración. Pero no solo en los hinchas, sino también dentro de la institución.


Porque dirigentes y máximas autoridades, se dejaron (y dejan) influenciar por Il Gladiatore. Como aquella decisión de traer a Carlos Bianchi en 1998, quien, luego de una pelea con Totti, no tuvo otra alternativa que irse porque los jugadores, misteriosamente, comenzaron a "no responderle en la cancha". O la estadía de Claudio Ranieri, quien cuando comenzó a poner a Francesco al banco por lesiones, empezó a tener los días contados hasta llegar a abandonar el club.


Toda decisión que se toma en Roma pasa por Totti. Lo ve y lo sabe todo. Y la palabra del capitán, es igual o más importante que la del nuevo presidente, Thomas DiBenedetto, con quien la relación no comenzó de buena manera. La contratación de Luis Enrique no fue del agrado del romano y así y todo se hizo, algo que molestó al 10 y se notó con las discusiones que tuvo con el asturiano.


Aunque también tuvo sus buenas intervenciones. Como cuando con Franco Sensi (con quien se llevaba bien aunque tuvo altercados por su mandato "dictatorio") estaba llevando a Roma a la quiebra y Francesco, solo con fútbol, comenzó a sacar a la Loba a flote de ese mundo oscuro creado por Sensi y generar ingresos: de socios, por títulos y porque hacía jugar a los más pibes, que luego eran vendidos (casi Aquilani).


Pero Totti siempre gana. Tarde o temprano. Porque con un gesto, o como Winston Smith en aquella escena de 1984 cuando frente a la telepantalla, comienza a actuar como los demás solo por el hecho del contagio, él CONTAGIA a la gente. Y ésta lo sigue. Por eso nunca va a perder. Porque tiene el apoyo de toda Roma y de todos los dirigentes. Es palabra mayor en la entidad romana, le guste a quien le guste.


En Roma, todo (y todos) pasa por Totti

1 comentario:

  1. Correcciones:
    Es muy superficial la relación que planteas con el libro. Pedimos un vínculo conceptual y hay que pensar un largo rato para llegar a eso.
    Incluso en esta relación que planteas falta dar muchos argumentos, para sostener lo que planteas.
    Mejorar para el próximo posteo sobre el libro.
    Releer siempre.

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