Trasladándome al Polideportivo La Roma, me iba imaginando cuánta cosa romana me iba a encontrar ahí: Si era solamente el nombre o si realmente llevaban esa pasión giallorossa en la sangre. Me aferraba a la ilusión de que haya gente que comparta el mismo sentimiento y poder estar en un ambiente en el que me iba a sentir más que confortable.
Al llegar, por fuera la fachada no hace pensar, ni siquiera, que tiene algo que ver con la Roma. Sin embargo, ya en la entrada, comienzan a verse esos colores que los tifosi romanistas llevamos en el corazón. Ese bordo y naranja amarillento que nos conecta con el equipo de la capital.
Luego de recorrer el club un poco, llegué a la cancha número 1, en la cual se estaban disputando los partidos de la liga de fútbol infantil. Justamente, estaba por comenzar la categoría 99 su encuentro frente al club Eros. Esta categoría se encuentra, según pude averiguar, peleando los primeros puestos y este era un partido clave.
El momento cúlmine llegó cuando, luego de un verdadero partidazo, el local se adelanta a poco del final. Con el gol, todo el club comienza a cantar, a alentar. Madres, padres, abuelos y hasta los mismos suplentes, elevaban el grito de "Roma te llevo en el alma y cada día te quiero más" arengando al equipo que estaba por conseguir la victoria.
Cada contragolpe era una catarata de fervor y gritos "romanos", lo que lo hacían sentir a uno verdaderamente en el Estadio Olímpico. Banderas, gorros, camperas y todo tipo de objeto empezó a flamear cuando se terminó el partido en favor para La Roma por 4 a 2. No estaba Totti, ni De Rossi y tampoco Bojan. Pero Roma se había trasladado a Argentina. Al menos por un rato.
Correcciones:
ResponderEliminarUna crónica debería tener tres o cuatro páginas, no cinco párrafos. Falta mucho desarrollo, para profundizar sobre las descripciones, los detalles, etcétera.
Se podría haber trabajado algo con mayor interés periodístico. El blog, después de la entrevista, queda muy monotemático.
Releer siempre.
Falta ilustrar con imágenes.