En el afán de analizar este soberbio clásico, podemos recurrir a muchísimos ejemplos. Porque el duelo no solo es en el campo de juego por los 3 puntos, sino que abarca desde enfrentamientos políticos, pasando por diplomacias, ideales, conquistas y hasta “guerras”. Roma vs. Lazio es un enfrentamiento de nunca acabar.
Y yendo al caso más extremo, hasta se lo podría comparar con un libro, por ejemplo, “1984”, de George Orwell. Porque este derby tiene varios fragmentos de la novela, que se los pueden trasladar a la vida real.
Comenzando por la “guerra” que se plantea. Cada partido entre ambos es anunciar, lamentablemente, una serie de desmanes totales. Heridos, incendios, destrozos y hasta muertos. Todo es válido para decretar quien es el rey de la capital italiana, más allá del resultado futbolístico.
Allá están también los fines idealistas. Roma es una ciudad católica por donde se la mire, y el club giallorosso no lo es para menos. El “Aguila”, en cambio, proviene de fundadores e hinchas propietarios del fascismo. Roma idolatra a Totti, quien es embajador de Unicef. Lazio lo hace con Di Canio, quien fue suspendido en reiteradas oportunidades por festejos fascistas. Las diferencias están a la vista.
En el medio, además, está el Estadio Olímpico de Roma. Una cancha que es compartida por los 2 equipos romanos para sus respectivos partidos. Cuando uno es local, el otro juega de visitante, fuera de la ciudad. Y ambos han peleado por quedárselo. Dirigentes y presidentes han luchado por la tenencia totalitaria del Olímpico, algo en vano, ya que la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), el verdadero “Gran Hermano”, no piensa regalárselo a ninguno y apuesta a la construcción de un estadio por equipo (algo que la Roma ya comenzó a planificar).
Luego, los 2 clubes efectúan esa manera, por así decirlo, del “doblepensar”. Esta palabra, significa sostener 2 opiniones contradictorias simultáneamente. Y llevándolo al presente, se podría decir que tienen “la idea” de campeonar, con compras de calidad y equipos de grandes futbolistas… pero luego, plasman en la cancha una consigna totalmente distinta.
Roma comenzó bajo, se acomodó y cuando empieza a despegar y ser candidata, pierde partidos insólitos. Lazio, sin embargo, al revés: comenzó de buena manera, siendo aspirante al título, pero perdió los partidos clave, dejándolo hoy por hoy lejos de los líderes. Algo que sucede siempre con el conjunto lacial: amaga y se cae.
Uno de los clásicos más picantes de toda Europa y el mundo. Donde, ya vemos, no sólo se disputan 3 puntos con el esférico rodando en el campo de juego.